Jueces 8:8-24 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

8. De allí Gedeón se fue a la ciudad de Penuel, y les pidió lo mismo a los que vivían allí. Los de Penuel le contestaron lo mismo que los de Sucot.

9. Así que Gedeón les dijo a los de Penuel:—¡Cuando vuelva, después de lograr la paz, echaré abajo esta torre!

10. Zébah y Salmuná estaban en Carcor con unos quince mil hombres, que era lo que quedaba del ejército que salió del este, porque habían muerto ciento veinte mil soldados.

11. Gedeón subió por el camino que pasa al este de Nóbah y Jogbehá, y los atacó por sorpresa.

12. Zébah y Salmuná trataron de huir, pero Gedeón los persiguió y los capturó. Eso causó mucho miedo y confusión en el ejército madianita.

13. Cuando Gedeón volvía de la batalla por el paso de Jeres,

14. capturó a un joven de Sucot y le hizo unas preguntas. El joven le dio los nombres de los setenta y siete jefes de Sucot.

15. Entonces Gedeón fue a hablar con los hombres de Sucot y les dijo: «¿Se acuerdan que se burlaron de mí y no quisieron ayudarme? Me dijeron que no podían darle de comer a mi cansado ejército, porque todavía no habíamos capturado a Zébah y a Salmuná. ¿Se acuerdan? ¡Pues aquí los tienen!»

16. Y Gedeón tomó a los jefes de Sucot, y los azotó con ramas espinosas y arbustos del desierto.

17. También echó abajo la torre de Penuel, y mató a los hombres de esa ciudad.

18. Después les preguntó a Zébah y a Salmuná:—¿Cómo eran los hombres que mataron ustedes en Tabor?Ellos le respondieron:—Se parecían a ti. Todos parecían ser príncipes.

19. Gedeón exclamó:—¡Eran mis hermanos, los hijos de mi propia madre! Les juro por Dios que, si los hubieran dejado vivir, yo no los mataría a ustedes dos ahora.

20. Enseguida Gedeón le ordenó a Jéter, su hijo mayor: «¡Vamos! ¡Mátalos!»Pero Jéter no se animó a sacar su espada, porque era todavía muy joven.

21. Entonces Zébah y Salmuná le dijeron a Gedeón: «Si realmente eres tan valiente, ¡mátanos tú mismo!»Entonces Gedeón se levantó y los mató. Luego les quitó a los camellos de Zébah y Salmuná los adornos que llevaban al cuello.

22. Después de eso los israelitas le dijeron a Gedeón:—Queremos que tú y tus descendientes nos gobiernen, porque nos has salvado de los madianitas.

23. Gedeón les respondió:—Ni mi hijo ni yo los gobernaremos. Quien los va a gobernar es Dios.

24. Pero una sola cosa les pido: que cada uno me entregue los anillos de la gente que ha capturado.Y es que los madianitas, como otra gente que vivía en el desierto, usaban anillos de oro.

Jueces 8