2. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
3. Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado.
4. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no permaneciere en la vid; así vosotros, si no estuviereis en mí.