6. Cuando oí sus palabras de protesta, me enojé muchísimo.
7. Y después de reflexionar, reprendí a los nobles y gobernantes:—¡Es inconcebible que sus propios hermanos les exijan el pago de intereses!Convoqué además una gran asamblea contra ellos,
8. y allí les recriminé:—Hasta donde nos ha sido posible, hemos rescatado a nuestros hermanos judíos que fueron vendidos a los paganos. ¡Y ahora son ustedes quienes venden a sus hermanos, después de que nosotros los hemos rescatado!Todos se quedaron callados, pues no sabían qué responder.