29. «Según tu palabra, Soberano Señor,ya puedes despedir a tu siervo en paz.
30. Porque han visto mis ojos tu salvación,
31. que has preparado a la vista de todos los pueblos:
32. luz que ilumina a las nacionesy gloria de tu pueblo Israel.»
33. El padre y la madre del niño se quedaron maravillados por lo que se decía de él.