12. Mientras algunos filisteos estaban al acecho en el cuarto, Dalila tomó sogas nuevas y lo ató, y luego le gritó:—¡Sansón, los filisteos se lanzan sobre ti!Pero él rompió las sogas que ataban sus brazos, como quien rompe un hilo.
13. Entonces Dalila le dijo a Sansón:—¡Hasta ahora te has burlado de mí, y me has dicho mentiras! Dime cómo se te puede atar.—Si entretejes las siete trenzas de mi cabello con la tela del telar, y aseguras ésta con la clavija —respondió él—, me debilitaré y seré como cualquier otro hombre.Entonces, mientras él dormía, Dalila tomó las siete trenzas de Sansón, las entretejió con la tela
14. y las aseguró con la clavija.Una vez más ella le gritó: «¡Sansón, los filisteos se lanzan sobre ti!» Sansón despertó de su sueño y arrancó la clavija y el telar, junto con la tela.
15. Entonces ella le dijo: «¿Cómo puedes decir que me amas, si no confías en mí? Ya van tres veces que te burlas de mí, y aún no me has dicho el secreto de tu tremenda fuerza.»
16. Como todos los días lo presionaba con sus palabras, y lo acosaba hasta hacerlo sentirse harto de la vida,