28. »Cada tres años reunirás los diezmos de todos tus productos de ese año, y los almacenarás en tus ciudades.
29. Así los levitas que no tienen patrimonio alguno, y los extranjeros, los huérfanos y las viudas que viven en tus ciudades podrán comer y quedar satisfechos. Entonces el Señor tu Dios bendecirá todo el trabajo de tus manos.