2 Samuel 16:11-20 Nueva Versión Internacional (NVI)

11. Dirigiéndose a Abisay y a todos sus oficiales, David añadió:—Si el hijo de mis entrañas intenta quitarme la vida, ¡qué no puedo esperar de este benjaminita! Déjenlo que me maldiga, pues el Señor se lo ha mandado.

12. A lo mejor el Señor toma en cuenta mi aflicción y me paga con bendiciones las maldiciones que estoy recibiendo.

13. David y sus hombres reanudaron el viaje. Simí, por su parte, los seguía por la ladera del monte, maldiciendo a David, tirándole piedras y levantando polvo.

14. El rey y quienes lo acompañaban llegaron agotados a su destino, así que descansaron allí.

15. Mientras tanto, Absalón y todos los israelitas que lo seguían habían entrado en Jerusalén; también Ajitofel lo acompañaba.

16. Entonces Husay el arquita, amigo de David, fue a ver a Absalón y exclamó:—¡Viva el rey! ¡Viva el rey!

17. Absalón le preguntó:—¿Así muestras tu lealtad a tu amigo? ¿Cómo es que no te fuiste con él?

18. —De ningún modo —respondió Husay—. Soy más bien amigo del elegido del Señor, elegido también por este pueblo y por todos los israelitas. Así que yo me quedo con usted.

19. Además, ¿a quién voy a servir? Serviré al hijo, como antes serví al padre.

20. Luego le dijo Absalón a Ajitofel:—Pónganse a pensar en lo que debemos hacer.

2 Samuel 16