8. No les tengas miedo, pues estoy contigo para defenderte —oráculo del Señor—.
9. El Señor alargó su brazo, me tocó en la boca y me dijo:—He puesto mis palabras en tu boca.
10. Mira, hoy mismo te doy poder sobre naciones y reinos, para arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para construir y plantar.
11. El Señor me dirigió la palabra en estos términos:—¿Qué ves, Jeremías?Respondí:—Veo una rama de almendro*.
12. Añadió el Señor:—Has visto bien. Pues yo también vigilo para que se cumpla mi palabra.
13. Por segunda vez me dirigió el Señor su palabra en estos términos:—¿Qué ves?Respondí:—Veo un caldero hirviendo, con sus bordes inclinados del lado del norte.