6. Cuando llegaron, vio a Eliab y pensó:—Aquí está el ungido del Señor.
7. Pero el Señor le dijo:—No valores solo su aspecto y su buena planta, porque yo lo he descartado. Aquí no valen miras humanas. Pues vosotros os fijáis en las apariencias, pero yo miro al corazón.
8. Jesé llamó a Abinadab y lo presentó a Samuel, que dijo:—A este tampoco lo ha elegido el Señor.
9. Jesé le presentó a Samá, y Samuel volvió a decir:—Tampoco a este lo ha elegido el Señor.