10. En esto se distinguen los hijos de Dios de los hijos del diablo: quien no practica el bien ni ama al hermano, no es hijo de Dios.
11. Desde el principio habéis escuchado el anuncio de amaros unos a otros.
12. No como Caín, quien, por ser del maligno, asesinó a su hermano. Y ¿por qué lo asesinó? Pues porque sus acciones eran malas, y las de su hermano, en cambio, eran buenas.
13. No os extrañéis, hermanos, si el mundo os aborrece.
14. Sabemos que por amar a nuestros hermanos hemos pasado de la muerte a la vida, mientras que quien no ama sigue muerto.
15. Odiar al hermano es como darle muerte, y debéis saber que ningún asesino tiene dentro de sí vida eterna.