52. los sepulcros se abrieron y muchos hombres de Dios que habían muerto resucitaron.
53. Salieron de sus tumbas después de la resurrección de Jesús y entraron en la santa ciudad de Jerusalén, donde los vio mucha gente.
54. Cuando el centurión y los que con él vigilaban a Jesús vieron el terremoto y todo lo que estaba pasando, dijeron aterrados:–¡Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios!