5. Mientras tanto, el ejército del faraón había salido de Egipto. Cuando los caldeos que estaban atacando Jerusalén lo supieron, se retiraron de allí.
6. Entonces el Señor se dirigió al profeta Jeremías y le ordenó que dijera
7. de parte suya a los enviados: “Decid al rey de Judá, que os envió a consultarme, que el ejército del faraón, que se había puesto en camino para ayudaros, ha regresado a Egipto.
8. Los caldeos volverán para atacar la ciudad de Jerusalén, y la tomarán y le prenderán fuego.
9. Yo, el Señor, os advierto: No os hagáis ilusiones ni creáis que los caldeos se van a retirar, porque no será así.