6. Acuérdate de tu Creador ahora, cuando aún no se ha roto el cordón de plata ni se ha hecho pedazos la olla de oro; ahora, cuando aún no se ha roto el cántaro a la orilla de la fuente ni se ha hecho pedazos la polea del pozo.
7. Después de eso, el polvo volverá a la tierra, como antes fue, y el espíritu volverá a Dios, que es quien lo dio.
8. Yo, el Predicador, repito:¡Vana ilusión, vana ilusión!¡Todo es vana ilusión!
9. Cuanto más sabio llegó a ser el Predicador, más conocimientos comunicó a la gente. También se dio a la tarea de estudiar gran número de proverbios y clasificarlos en su debido orden.
10. Hizo todo lo posible por encontrar las palabras más adecuadas para escribir convenientemente dichos verdaderos.