6. ¿Por qué habéis de ser testarudos, como fueron los egipcios y el faraón, que solo cuando el Dios de Israel los trató con dureza dejaron ir a los israelitas?
7. Mandad construir una carreta nueva, tomad después dos vacas que estén criando y que nunca hayan llevado yugo, y uncidlas a la carreta; pero no dejéis que sus becerros las sigan, sino dejadlos en el establo.
8. Tomad luego el arca del Señor y ponedla en la carreta, colocando a un costado, en una caja, los objetos de oro que le vais a ofrecer en desagravio. Después dejad que la carreta se vaya sola.
9. Pero fijaos en esto: si la carreta toma la dirección de Bet-semes, su propia tierra, es que el Dios de Israel ha sido la causa de nuestra gran desgracia; en caso contrario, sabremos que no fue él quien nos castigó, sino que nos ha ocurrido un accidente.