26. Cuando creció el trigo y se formó la espiga, apareció también la mala hierba.
27. Entonces los labradores fueron a decirle al dueño: ‘Señor, si la semilla que sembraste en el campo era buena, ¿cómo es que ha salido mala hierba?’
28. El dueño les dijo: ‘Un enemigo ha hecho esto.’ Los labradores le preguntaron: ‘¿Quieres que vayamos a arrancar la mala hierba?’
29. Pero él les dijo: ‘No, porque al arrancar la mala hierba podéis arrancar también el trigo.