24. Porque os digo que ninguno de aquellos primeros invitados comerá de mi cena.’
25. Jesús iba de camino acompañado por mucha gente. En esto se volvió y dijo:
26. “Si alguno no me ama más que a su padre, a su madre, a su esposa, a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun más que a sí mismo, no puede ser mi discípulo.
27. Y el que no toma su propia cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
28. Si alguno de vosotros quiere construir una torre, ¿acaso no se sentará primero a calcular los gastos y ver si tiene dinero para terminarla?
29. No sea que, una vez puestos los cimientos, si no puede terminarla, todos los que lo vean comiencen a burlarse de él,
30. diciendo: ‘Este hombre empezó a construir, pero no pudo terminar.’
31. O si un rey tiene que ir a la guerra contra otro rey, ¿no se sentará primero a calcular si con diez mil soldados podrá hacer frente a quien va a atacarle con veinte mil?
32. Y si no puede hacerle frente, cuando el otro rey esté todavía lejos le enviará mensajeros a pedirle la paz.
33. Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todo lo que tiene no puede ser mi discípulo.
34. “La sal es buena; pero si deja de ser salada, ¿cómo volverá a ser útil?
35. No sirve ya ni para la tierra ni como abono. Simplemente se la tira. Los que tienen oídos, oigan.”