1. Se juntaron entre tanto miles de personas, que se atropellaban unas a otras. Jesús comenzó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: “Guardaos de la levadura de los fariseos, es decir, de su hipocresía.
2. Porque no hay nada secreto que no llegue a descubrirse, ni nada oculto que no llegue a conocerse.