12. De ti vienen las riquezas y la honra. Tú lo gobiernas todo. La fuerza y el poder están en tu mano, y en tu mano está también el dar grandeza y poder a todos.
13. Por eso, Dios nuestro, te damos ahora gracias y alabamos tu glorioso nombre;
14. pues, ¿quién soy yo y qué es mi pueblo para que podamos ofrecerte tantas cosas? En realidad, todo viene de ti y solo te damos lo que de ti hemos recibido.
15. Pues ante ti somos como extranjeros que están de paso, igual que lo fueron todos nuestros antepasados; y nuestra vida sobre la tierra es como una sombra, sin ninguna esperanza.